miércoles, junio 26, 2013

Halloween II, Sanguinario (Halloween II, 1981)

Tras el sorprendente éxito de La noche de Halloween (John Carpenter, 1978), hoy elevada por mérito propio a la categoría de clásico indiscutible del cine de terror, y teniendo en cuenta su final abierto, ya entonces parecía claro que tarde o temprano tendríamos una secuela. Así ocurrió tres años más tarde con Halloween II (1981) que contaba con Rick Rosenthal en la dirección, y un exiguo presupuesto de 2,5 millones de dólares, superior no obstante a los ridículos 325.000 dólares que costó la primera parte.

Los hechos narrados tienen lugar momentos después del final de la primera parte. Recordemos que el Dr. Loomis (Donald Pleasence) disparó seis veces al asesino Michael Myers, cayendo este por el balcón de la casa de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), sólo para desaparecer misteriosamente momentos después. Laurie, aun en estado de shock, es conducida al hospital de Haddonfield, y Loomis continúa la búsqueda de un asesino aparentemente inmortal. Tras eludir a las fuerzas del orden, Myers se las arregla para llegar al hospital, donde comienza una nueva orgía de sangre.


 

Para muchos no será diferente de cualquier otro slasher, en que unos personajes bastante idiotas van cayendo como moscas víctimas de su estupidez. Quien así la juzgue, o peca de simplista o habla condicionado por el reductio ad abusrdum de los códigos clásicos del cine de terror. Estos monologuistas de botellón, parecen obviar que estos códigos, son precisamente los que definen el género y lo dotan de entidad, y que de ellos puede hacerse un buen uso o un abuso, como decía ese anuncio de TV.

Dicho esto, Halloween II es dignísima como secuela y tiene mucho dónde rascar. No parecía difícil hacerlo bien si se contaba con el mismo equipo responsable de la primera parte. Dean Cundey (Regreso al Futuro) está de nuevo a cargo de la fotografía, y aunque John Carpenter no dirija esta vez, si que firma el guión junto Debra Hill, ejerciendo ambos de productores. Carpenter además, repetiría como compositor de la música.

Por momentos, parece que Rosenthal - realizador novel, que solo había dirigido algún capítulo de la serie Secrets of Midland Heights  - se hubiera limitado a decir el action dejando el peso de las decisiones importantes al equipo creativo de La Noche de Halloween. Aun con Laurie postrada en una cama, la película sigue los mismos derroteros que su predecesora. En este caso las muertes se suceden en el hospital, y cómo siempre, Loomis está en la otra punta del pueblo, buscando a Michael Myers en el sitio equivocado, desatendiendo por completo a la joven.


Visualmente, volvemos a encontrar aquella iluminación parcial y selectiva, que esconde una sorpresa en las sombras del encuadre, y una steady subjetiva para Myers
, dos recursos que funcionan de maravilla vehiculados a través de la que para mí es la principal virtud del film: su discreto uso de los trucos de la vieja escuela, que están presentes sin resultar ostentosos. Aunque hay apariciones repentinas y asesinatos en el área desenfocada de la imagen, Rosenthal y Carpenter optan por no subir el volumen, ni añadir una exasperarte música in crescendo. Todo está en el montaje, en el encuadre y en un efectivo uso de los silencios.


A medida que se suceden las muertes de enfermeras y guardias de seguridad, somos cada vez más conscientes de que estamos ante una repetición estructural casi mimética del guión de la primera parte, pero no nos importa, pues cada asesinato es más original e impactante que el anterior. Existe un refinamiento en la fotografía de Dean Cundey, que sin llenar la pantalla de sangre logra un algunas imágenes tan tétricas como bellas en su aspecto formal. El tramo final goza de un ritmo admirable, y además de revelarnos datos muy interesantes sobre Myers, deja en el aire preguntas igualmente inquietantes ¿Hasta que punto es dueño de sus actos? ¿Cuándo empezó su mente a abandonar el mundo real? y sobre todo ¡¿Por qué no muere nunca?! 

Filmaffinity está llena de críticas negativas de Halloween II, que la ponen de cutre y patética para arriba, tachándola de subproducto comercial, y acusándola de aprovechar el filón de la primera parte. Hay quien se pone verosimilista y casi todos hacen reductio ad absurdum, incluyendo  comparaciones jocosas o chistes. Unos y otros parecen más preocupados por aparentar, que por decir algo honesto, pero usan para ello los lugares comunes más gastados del trollismo informático, logrando un efecto contraproducente.

Aunque La Noche de Halloween me causó pesadillas cuando la ví a los 8 años y es todo un referente; no había visto su secuela directa hasta hoy. No me corto al decir que mantiene el nivel de calidad casi rozando a su predecesora. Cabe preguntarse si el mérito es más de Rosenthal o de Carpenter, pero desde luego, esta segunda parte merece una reivindicación.

2 comentarios:

Luis dijo...

Me la guardo para verla en el finde. Me han hablado muy bien de ella :D

gon_85 dijo...

Me han gustado mucho los análisis tanto de Sanguinario como de Halloween III. La primera me parece una secuela muy digna. Para mí no llega a alcanzar la maestría de la primera, pero es una película muy solvente y visualmente es estupenda. No dirigirá Carpenter, pero su presencia está ahí, en muchos de los planos. Mi único pero sería, tal vez, algo de influencia del inefable Viernes 13 en el tema de los asesinatos.

Con Halloween III me ocurre lo mismo. A mí me la recomendaron como una curiosidad notable. Me dejó un poco frío. Y aquí coincido totalmente contigo; una pena que no se hayan exprimido más el folklore y tradiciones que comentas. Hubiera dado mucho juego.

Un saludo.