domingo, agosto 14, 2016

La casa del fin de los tiempos (Alejandro Hidalgo, 2013)

Aun estoy intentando asimilar y dotar de cierto equilibrio a las sensaciones que me ha producido La casa del fin de los tiempos del novel venezolano Alejandro Hidalgo. Pero en líneas generales diré que la he disfrutado mucho.

La película narra la historia de Dulce, una madre coraje injustamente acusada de asesinar a su marido y su hijo, que 30 años más tarde, tras habérsele concedido la condicional, vuelve a la casa donde transcurrieron los hechos. Así, Dulce se enfrentará a su pasado y a las sombras que aun pueblan la vieja mansión, al tiempo que trata de desentrañar la verdad de lo que ocurrió treinta años atrás.



Aunque en general la película nos ofrece un look visual bastante correcto, hay algunas escenas en que intuímos los limitados medios técnicos y el reducido presupuesto. 
Paralelamente, ciertas decisiones de montaje y realización evidencian que nos encontramos ante el trabajo de un principiante. Las excesivamente académicas elipsis temporales durante la investigación del sacerdote, o las secuencias diurnas pretendidamente evocadoras de los chavales en sus juegos y confidencias, acompañados por una música juguetona a lo John Williams, son dos ejemplos de una excesiva redundancia en códigos narrativos hace tiempo superados.

Pero pasando por alto estas arritmias y esquemas quizá demasiado elementales, el guión de La casa del fin de los tiempos está lo suficientemente bien estructurado como para captar nuestro interés y nos ofrece multitud de implantaciones que además de embellecer la historia, tendrán un emotivo significado en el tramo final. Quizá se nos haga un poco lenta al principio, pero una vez metidos en vereda, la historia nos atrapa gracias a su poderosísima idea central, que ofrece una interesante y novedosa aproximación al subgénero de casas encantadas, y que por respeto al lector, debo mantener en secreto.

Secundando esta idea de base, y haciéndola brillar, están los personajes y sus subtramas dramáticas, con diálogos muy potentes que, al menos para mí, se han convertido ya en lo que IMDB llama 'memorable quotes'. Cuesta ver en el cine de terror actual, tal preocupación por dotar a sus protagonistas de rasgos verosímiles, de motivaciones, de alma, en definitiva. Las relaciones que se establecen entre ellos y las mencionadas implantaciones dramáticas, aportan ese 'algo más' que tanto exigimos los fans del género, y que últimamente sólo he encontrado en las dos entregas de Expediente Warren (The Conjuring).

Contrariamente a las escenas mencionadas, las que son genuinamente de terror sí que me resultaron bastante efectivas. Hidalgo sabe crear momentos de suspense y también nos regala algunos sustos. La película culmina en un climax en el que la trama principal y las secundarias se unen con bastante ingenio para cerrarse de manera magistral, llegando incluso a tocar la fibra sensible del espectador. Al menos a mí, me mantuvo al borde del asiento durante los últimos veinte minutos y llegó a emocionarme como lo haría un buen melodrama.

Resumiendo, La casa del fin de los tiempos nos gana por sus personajes, su idea de base y su resolución final, siempre que perdonemos ciertas soluciones apresuradas en los aspectos técnicos y discursivos.