sábado, octubre 19, 2013

El mundo perdido (1925)

En los felices años veinte, mientras la industria del cine mudo promocionaba sobre todo a los grandes galanes románticos como Fairbanks o Valentino, u optaba por el slapstick cómico de Laurel y Hardy, pronto destacaría un verdadero artista del renacimiento llamado Willis H. O'Brien, pionero del stop-motion y maestro del aclamado Ray Harryhausen. Willis tuvo la genial idea de realizar una adaptación de la obra de Sir Arthur Conan Doyle, El mundo perdido, que narraba la aventura de un grupo de científicos afanados en demostrar que en los confines perdidos del Amazonas, aun quedan vestigios de animales prehistóricos.


La película, que dirigiría Harry O. Hyot bajo el auspicio de First National Pictures, tenía al cargo de los efectos especiales al propio O'Brien y al jovencísimo Marcel Delgado (que serían reclutados posteriormente para dar vida a King Kong) y con grandes estrellas de la época entre las que es necesario destacar a Bessie Love y Wallace Berry (quien, según Carlos Díaz Maroto en su libro sobre Ray Harryhausen, ofrece una cacterización exacta a la descrita por Arthur Conan Doyle en la novela). El propio Conan Doyle aparecía al principio del film introduciendo la historia.

Estamos sin duda ante una película importantísima, clave para entender la historia del cine fantástico y los efectos visuales. Aunque vistos hoy día los dinosaurios de O'Brien (con esqueleto de madera, rellenos de espuma y con piel de látex) puedan resultar toscos y de movimiento limitado, su herencia queda más que patente en filmes que van desde King Kong al Parque Jurásico de Steven Spielberg. El mundo perdido tiene, aunque nos pese señalarlo, algunos errores de continuidad y planificación; durante las escenas que transcurren en el Amazonas, es difícil situarse espacialmente y el eje de las miradas no está bien trazado.


 La versión que he podido ver es la íntegra, de 90 minutos. No es dificil suponer por qué durante mucho tiempo, tan sólo se distribuyó comercialmente una versión reducida de 60 minutos, y es que el prólogo del filme resulta excesivamente dilatado, así como algunos fragmentos que tienen lugar en la jungla, dejando unos escasos 10 minutos para lo que habría de ser el clímax: el brontosaurio huído causando el terror a los ciudadanos de Londres.

Quiero creer que todos estos aspectos negativos son solo síntomas de una industria aun jóven, que en una fase aun intermedia de su desarrollo, todavía no ha encontrado los códigos necesarios para expresarse con soltura. En otras palabras,  estos errores son perdonables y además están presentes en casi todo el cine de la época, pero quizá sean más ostensibles en el género fantástico.


Sin embargo El mundo perdido cuenta con atractivos, empezando por su jóven protagonista Bessie Love, que además de realizar una interpretación convincente (dentro de los registros habituales del cine mudo), rebosa encanto, candidez, carisma e inocencia. También hay que destacar las escenas de lucha entre el alosaurio y los triceratops o la del brontosaurio suelto en Londres, precedente del mencionado King Kong, de Godzilla y todo el kaiju japonés, y cuyas escenas han sido copiadas innumerables veces a lo largo de la historia.

En definitiva, aun habiendo perdido algo de lustre con el paso de los años, en pleno siglo XIX todavía es posible admirarse; respetar esta obra y a su máximo artífice Willis O'Brien, por su innegable contribución al género fantástico y al cine en general.

1 comentario:

Ramón Moreno Palau dijo...

Una pelicula francamente entretenida y divertida,dirigida por CY ENDFIELD,el director de la mitica ZULÚ,lo mejor como siempre las criaturas de ray harryhausen,discipulo de willis O´brien y maestro de los efectos especiales-los esqueletos luchadores de JASON Y LOS ARGONAUTAS,el ciclopé,los dragones el ave gigante de SIMBAD Y LA PRINCESA,las criaturas prehistoricas de HACE UN MILLON DE AÑOS....a disfrutarla