jueves, septiembre 22, 2011

La Cúpula (Under the dome, 2009)

Como ya he dicho en más de una ocasión, no me considero crítico literario. Que me perdonen los doctos en la materia porque cada vez que comento una obra escrita, me siento como en tierra desconocida. En cualquier caso, acabo de terminar de leer La Cúpula, el penúltimo libro de Stephen King, dónde se aleja parcialmente del género que le dio fama y fortuna, el horror.

Pasando por alto el detonante de la historia (una gran pared de cristal que baja de los cielos apresando a los habitantes de un pequeño pueblo) La Cúpula tiene poco de novela de terror o fantástica. Al contrario, se sirve de esta ingenua premisa para dar pie a un drama social atemporal. La descarnada lucha por el poder y la supervivencia que enfrenta a los habitantes de  Chester's Mill, no es distinta a la de cualquier civilización grande o pequeña, pasada o actual.



Stephen King hace gala de un firme pulso narrativo, un hábil uso del humor negro, y ciertos pasajes de gran impacto. Domina con oficio las claves del suspense y sabe cómo enganchar al lector, al que traslada de un escenario a otro justo en el momento clave. Muchos habrán experimentado la frustración que supone tener que esperar a la próxima semana - o más de un año - para ver cómo continua su serie favorita. La prosa de King llega a resultar igualmente frustrante, pero no obstante, adictiva.

Los lugareños de Chester's Mill se expresan con la verborrea propia de cada estatus social. En este aspecto, el autor no se corta y casi diría que se pasa de borde. Por momentos, haría mías las palabras de Annie Wilkes cuando, en Misery, regaña a Paul Sheldon sobre el vocabulario soez de su última novela. Esto es especialmente chocante cuando, no ya únicamente en diálogo, sino también en la narración, King asume la personalidad de sus héroes y vilanos sin reparos para mostrar todo un rosario de palabras malsonantes.

Por si fuera poco, estos recursos, en vez de otorgarles cierta dimensión, no son sino meros aderezos que contribuyen a la generación de arquetipos y lugares comunes. El mal endémico de la prosa de King hace acto de presencia una vez más. El antagonista principal, Big Jim Rennie no muestra ni un atisbo de empatía o humanidad, el autor nos niega la identificación primaria y nos lo describe como un auténtico depredador. Y aunque el protagonista, Dale Barbara, deja ver algún punto oscuro bien avanzada la novela, casi siempre se nos presenta como un héroe de moralidad impoluta. En otras palabras: los malos son muy malos y los buenos son muy buenos. Se repiten otras viejas constantes: los traumas de guerra o infantiles, y las enfermedades terminales hacen acto de presencia una vez más para atormentar a los personajes y servir de motor a sus acciones.

Algunas cosas me sacaron de la historia por momentos. El conflicto social de los habitantes de este pueblecito de Maine está narrado con demasiada distancia, incluso en los momentos de catarsis. En nada parecida a los personajes de IT o Misery, que saltaban del papel para instalarse a los pies de tu cama (nunca mejor dicho, en el caso de Misery), la población de Chester's como ente atómico y plural no ha conseguido tocar mi corazón. Tampoco ayudaron a la inmersión ciertas referencias a la omnipresente tecnología actual; no estoy acostumbrado a leer sobre iPods, móviles o internet en las novelas de King.

El final no me satisfizo, ni tampoco la explicación del fenómeno.

Pero tranquilos. La Cúpula gustará mucho a los incondicionales del tito Stephen, como algunos le llamamos. Como dije antes, hay escenas de gran impacto visual (Steven Spielberg ya ha asumido producir la mini-serie) y no faltan varios Stephen King moments, como el propio autor los llamó en una entrevista. Dicho de otro modo: es muy entretenida.

Pese a la repetición de viejos patrones, o precisamente por ello, el escritor de Maine aún conserva la fórmula mágica para hacernos disfrutar de un tocho de más de mil páginas sin que decaiga el interés. Su prosa, afilada y directa consigue vertebrar una historia compacta y coherente. Es verdad que algunas cosas han cambiado y otras nunca han sido perfectas, pero la esencia permanece en este drama social que, aun sin pertenecer al género del horror, logra aterrarnos con la misma facilidad.

2 comentarios:

Glaukoma dijo...

Muy buena crítica, Vertov. A mí me ha parecido un muy buen libro porque, y ya que estamos en un blog de cine aprovecho para decirlo: lo único que le pido a una peli (y a un libro) es que me entretenga, y La Cúpula, a pesar de sus defectos (que los tiene, y que has señalado de manera muy precisa), a mí me entretuvo cosa mala.

Doctor Vertov dijo...

Gracias, Glaukoma, por tu comentario.

Quizá mi crítica insiste demasiado en los defectos sin poner demasiado empeño en las virtudes, que las tiene y no son pocas.

Es indudable que la recomiendo muy fervientemente, pero me adelanto a los detractores de King. A ellos no les falta razón en muchas de sus objeciones. Lo que trato de decir es que a pesar de todo, "La Cúpula" es de lo mejor que he leído de King, aunque por debajo, claro está, de obras maestras como "IT", "El Resplandor" o "Misery".

Saludos!