miércoles, enero 22, 2014

Miedos 3D (Joe Dante, 2009)

Si en nuestro podcast de Gremlins, hablábamos del tímido revival que tuvo el 3D en los años ochenta, esta otra película de Joe Dante fue una de las que abrió brecha a finales de la década pasada en lo que hoy se ha convertido de nuevo en algo cotidiano; el cine en relieve. Dicen que las modas vuelven cada 30 años, y en el caso del 3D parece ser cierto. Comenzó en los años 20, se popularizó en los 50, volvió tímidamente en los 80 y de nuevo en la actualidad con novedosas técnicas y más fuerza que nunca.

Al mudarse a un nuevo vecindario, los hermanos Dane y Lucas descubren con su nueva vecina, Julie, una puerta en el sótano de su casa. Al abrirla hallan un pozo sin fondo que deja escapar todo el mal que aloja en su interior. Asediados por extrañas sombras que acechan detrás de cada esquina y por pesadillas que cobran vida, los tres jóvenes deberán afrontar sus peores miedos para poner fin al misterio del pozo.



Con Miedos 3D (en inglés The Hole 3D, no confundir con la película de 2001 The Hole, de Nick Hamm) Joe Dante se puso tras las cámaras tras seis años sin dirigir un largo (sí que hizo televisión y un fragmento del film coral Trapped Ashes), en lo que debió ser un rodaje divertidísimo. Al menos se nota que Dante está en su salsa; mete sus consabidos homenajes al horror film clásico y a los dibujos animados, y exprime desmesuradamente el recurso de las tres dismensiones, que seguramente debe amar tanto o más que el propio James Cameron.

Vista en una pantalla normal, todo el trabajo de cámara resulta forzado, absurdo y carente de sentido. La película está rodada a base de grandes angulares, planos cenitales, figuras colocadas en primer término y extremidades que se abalanzan sobre la cámara para impresionar al espectador. La misma Avatar (del mismo año, por cierto), con todo su artificio, resulta menos obvia y machacona en cuanto a su uso del 3D.




La idea del agujero como catalizador de los miedos y el esfuerzo del trío protagonista por sobreponerse a ellos, es un lugar común gastadísimo de la ficción literaria y cinematográfica, y los personajes están consecuentemente trazados con brocha gorda. Hay más tópicos, entre los que destacan una niñita pálida que llora sangre, un payaso algo cabroncete y un policía con los sesos al aire.

Dante no ha sabido reciclarse; el 3D es tosco; la fotografía resulta excesivamente luminosa, propia de un telefilme; y el tono cabalga entre la comedia y el horror film sin obtener la mezcla precisa. Por todo ello, y aunque sabemos que el realizador ama los seriales de terror de los 50', The Hole recuerda, más que a Twilight Zone, a aquella otra serie noventera (tan modesta como falta de pretensiones y encaminada a un público infantil) que fue Are you afraid of the dark? (El Club de Medianoche).


¿Me ha gustado? Lo cierto es que sí, que me he divertido bastante. Pese a sus fallos, Miedos 3D es el canto de cisne de un cine que ya no se hace, una película muy cómplice con el espectador. Se debe aceptar el pacto ficcional; hay que captar el guiño que nos hace Dante cuando usa técnicas impensables en 2009, como el stop motion y la cámara rápida. No da miedo, no nos tiene al borde del asiento, pero nos ofrece momentos memorables, como ese climax final de toque expresionista, heredero directo de su It's a good life (la historia que dirigió en el film En los límites de la realidad) o los cameos de figuras legendarias como Dick Miller y Bruce Dern (recién nominado al Oscar como mejor actor principal en Nebraska).

The Hole es una película que llegó tarde, nada recomendable para un público joven más acostumbrado al found footage que a los Universal Monsters, pero si la hubiéramos visto en los ochenta, con Corey Feldman de protagonista y la música de Jerry Goldsmith, nos hubiera encantado.

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