Ya hemos visto Gravity, de Alfonso Cuarón. El hype a su alrededor ha ido creciendo en los últimos meses, y hace escasamente unos días, la crítica norteamericana caía rendida ante este thriller de ciencia-ficción con tintes dramáticos.
Quería ver Gravity completamente virgen. He sido cuidadoso de no auto-spoilearme ni siquiera en los detalles más insignificantes, así que cuando entré en la sala estaba abierto a todo tipo de acechanzas espaciales... alienígenas, fantasmas, plagas o demonios. Sin embargo, me encontré con una trama bastante más realista; una premisa tan elemental como llena de fuerza. Cuarón no juega al despiste ni nos marea con reveses narrativos; se trata de dos astronautas luchando por sobrevivir en la negra inmensidad del espacio. No hay más.
Con una historia reducida pues a su esencia, desprovista de subtramas, personajes secundarios o giros imposibles, el director y guionista demuestra que a veces menos es más, y que la aventura del dúo protagonista es suficiente para mantener el interés durante los noventa minutos que dura el film.
Los "giros imposibles" en este caso, son ejecutados por la cámara (real o virtual) y por el equipo técnico de efectos visuales. Si en Apollo 18, Lopez-Gallego optaba por un found-footage a partir de distintos formatos de filmación, Gravity está en el otro extremo. Como en Hijos de los Hombes, la estilización del plano secuencia es llevada de nuevo hasta sus últimas consecuencias. Sin cortar un sólo momento, la cámara recorre en vuelo rasante la estructura de los satétites; gira en perspectivas imposibles alrededor de nuestros protagonistas; los persigue a través de los angostos pasadizos de la ISS; y hasta asume su punto de vista subjetivo atravesando para ello el cristal de las escafandras. A pesar de esta ostentación, en ningún momento el discurso se sobrecarga en exceso, pues Alfonso Cuarón sabe cuándo detener la cámara en sugestivas composiciones visuales, logrando un tono intimista muy agradecido entre tanta acción. A este respecto, debe mencionarse el sobresaliente trabajo del director de fotografía de Emmanuel Lubezki y el hermoso e inconfundible guiño visual a 2001; Una odisea en el espacio que protagoniza Sandra Bullock, quien por otro lado, ofrece una convincente interpretación por encima de su compañero masculino.
Gravity también funciona en el plano emocional, y aunque los personajes están trazados con brocha gorda, se logra una cierta complicidad que llega a conmovernos, debido al carisma y el talento de la pareja protagonista.
No es en ningún caso un film innovador; otros realizadores han jugueteado con el plano secuencia antes que Cuarón, y además, el formulismo de la vieja escuela queda patente en su apuesta por la espectacularidad y en un George Clooney quizás demasiado pegado a su rol de galán maduro, aun en una situación de crisis. Acorde con este formulismo, agradecemos no obstante la inclusión de un score sinfónico muy potente y expresivo, que hasta asume el papel de los efectos de sonido allá donde el propio sonido no puede propagarse, y que hacia el desenlace, lleva la película a una intensa catarsis.
Con todo, Cuarón es valiente al no abandonar a sus personajes (un guionista inseguro hubiera incluido una subtrama en la Tierra). Su película es endiabladamente entretenida, y se mueve con soltura entre el blockbuster y el cine de autor, contentando a los verosimilistas tanto narrativamente (es sabido que la basura espacial puede resultar altamente destructiva) como en el diseño de producción (los trajes y las instalaciones espaciales están profusamente recreados); pero sin renunciar a la acción y a un punto de vista libre de ataduras, dollys y trípodes.
3 comentarios:
Buena y profunda crítica, aunque eché de menos que la dieras palos en sus defectos.
Y yo que pensaba que había sido excesivamente severo...
La verdad, creo los puntos criticables los he mencionado, personajes planos, motivaciones muy vistas (el drama del personaje de Sandra Bullock, es el mismo que tiene Ripley en la versión extendida de Aliens, y el de muchas otras mujeres no-astronautas en cientos de películas).
También quiero dejar claro que aunque Cuarón pretende reinventar el género, o el lenguaje fílmico, si quieres... la película se pliega bastante a lo que mis profes llamaban "el modo de representación institucional" que no abandona a pesar de sus planos secuencia.
Encuentro tanto más innovadora (sin serlo realmente) o arriesgada... Buried, de Rodrigo Cortés... lástima que lo siguiente que dirigiera fuera la mediocre Luces Rojas... Y mejor me callo ya que me estoy alejando peligrosamente del topic.
Saludos, compañero.
Con todo, encuentro que estos puntos criticables son menores, y que al fin y al cabo... la película está hecha con un gusto exquisito.
Agradezco el enfoque realista (todo el tema de la basura espacial es un peligro real, no se lo han sacado de la manga) y la ausencia del triunfalismo norteamericano tan típico de las películas de astronautas.
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