domingo, septiembre 22, 2013

Regreso a la Tierra (Joseph M. Newman y Jack Arnold, 1955)

A través del vasto universo de la cinematografía, la misión es a veces tan agotadora y solitaria que parece no acabar nunca. Pero tiene sus compensaciones; cada sonda lanzada al espacio, cada film desconocido, trae consigo nuevos hallazgos; un interminable catálogo de nuevas películas y directores igualmente desconocidos.

La última baliza de reconocimiento, reportó en mi pantalla la existencia de un film de 1955, en plena fiebre nuclear, llamadado This island, Earth, o como se tituló en España en 1980 (tras la dictadura franquista, aun sin tener ningún subtexto político), Regreso a la Tierra, un filme basado en los textos de  Raymond D. Jones, y dirigido por Joseph M. Newman y Jack Arnold, bajo el auspcio de Universal International Pictures.



Tras haber superado una prueba, sin él saberlo, al construir un interocitor (un extraño aparato con poderes extraordinarios), el doctor Meacham (Rex Reason) pasa a formar parte de un equipo internacional de científicos que trabajan en un programa secreto de investigación. Allí se encuentra con la profesora Ruth Adams (Faith Domergue), que parece no reconcerle. Meacham descubrirá muy pronto que está siendo manipulado por un grupo de extraterrestres con intenciones poco claras.

Para no andarme con demasiados rodeos diré que This island, Earth me ha encantado, y que es un delicioso caramelo para cualquier aficionado al género fantástico. A pesar de los dos años y medio que Universal empleó en su realización, debido principalmente al descontento del productor William Alland con el guión, y sus continuas reescrituras, así como a los terremotos que sacudieron el set de rodaje o el cambio del director, nada de esto parece influir en el resultado final. La historia cabalga a trote rápido con ese encanto e ingenuidad tan particular de la ciencia ficción de los años cincuenta, manteniendo con eficacia el suspense durante la construcción del interocitor, y toda la fase previa al reclutamiento de Meachan.





Un encanto no solo presente en la narración, sino también en su fotografía en Technicolor y en unos efectos especiales, que si en unas ocasiones (sobre todo al principio) no alcanzan el refinamiento de otros títulos de la época (me acuerdo ahora de Planeta Prohibido), sí que nos ofrecen hacia el final unas inolvidables vistas del planeta Metaluna, que constituyen el auténtico clímax visual de la película, donde se combinan todas las técnicas de la época. Maquetas de platillos volantes se integran a la perfección con matte paintings de civilizaciones extraterrestres y efectos ópticos de lásers y haces de luz.



Como nada hay perfecto, le achacaría un deux ex machina bastante importante hacia el final. Aun enmarcado en la ciencia ficción más febril, resulta decepcionante que tras una trama tan sólida y bien estructurada, los guionistas caigan en un gazapo tan obvio y pedestre, incluso para los no versados en Ciencias de la Atmósfera. 

Todavía están presentes en el imaginario colectivo aquellos mutantes de aspecto insectoide en los que Universal basó toda la imagen publicitaria del film, a pesar de salir apenas 5 minutos y no constituir ninguna amenaza real para los protagonistas; o la divertida peluca blanca de Jeff Morrow, que sería objeto de parodia / homenaje en la fallida Exploradores (Joe Dante, 1985).

Aun sin alcanzar el grado de excelencia de Ultimátum a la Tierra, La Invasión de los Ultracuerpos o la mencionada Planeta Prohibido, This island, Earth es perfectamente válida como título definitorio del género y la corriente imperante en aquellos tiempos, y su argumento logra atraparnos, divertirnos y hasta dejarnos con ganas de más.


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