domingo, septiembre 22, 2013

Moonrise Kingdom (Wes Anderson, 2012)

Aun sin ser un ferviente seguidor de Wes Anderson, le reconozco su refinado uso de la fotografía para generar atmósferas sugestivas y la creación de unos anti-héroes que dotan a su cine de un encanto especial, muy del gusto de hipsters y modernos, pero que también atrapa a los defensores de la vieja escuela, como quien firma esta reseña.

Moonrise kingdom transcurre en una tranquila isla de la costa de Nueva Inglaterra durante el verano de 1965 y cuenta la historia de una chica y un chico de doce años que se enamoran, hacen un pacto secreto y se escapan al bosque, provocando la alarma de toda una comunidad.




El film podría ser catalogado como una bien entendida comedia del absurdo, pero en ningún caso ha de meterse en el mismo saco que otras películas con la misma denominación (tipo Scary Movie o las sagas ochenteras terminadas en ...como puedas); está basamentada sobre una serie de referentes arquetípicos trasladados a un plano bastante más terrenal, que a su vez es  reinventado formalmente para resultar idílico y visualmente atractivo. Sobre una historia sencilla y honesta, sin demasiados reveses, se ejercen pues dos fuerzas tensoras. Por un lado, unos diálogos estudiadamente solemnes, apoyados por la música - de aire militar - y el montaje, y por otro un diseño de producción costumbrista muy llamativo. De la mezcla de ambos lenguajes nace irremediablemente un delicioso tono de comedia absurda, con la que es imposible no empatizar desde el primer plano.




Aun dentro del estilo tan particular del director (su gusto por una fotografía colorista, o el uso que hace del plano cenital, la simetría y los travelings laterales), el lenguaje fílmico adquiere rápidamente las formas del cine bélico, el melodrama, la epopeya clásica y hasta el falso documental, en lo que quiere ser un sello personal, presente en su filmografía desde casi sus primeros films.

Moonrise Kingdom cuenta con un reparto de primer nivel. No todos tienen tiempo para lucirse, pero sí que saben amoldandorse al tono del film con una gracia innata. En este sentido me sorprendió Bruce Willis, que desde hace algún tiempo, quizá consciente de su edad, ha ido abandonando su rol de héroe de acción por papeles más sosegados y reflexivos como este Capitán Sharp, en una evolución lógica parecida a la de su compañero de reparto Bill Murray, que en este caso se limita a cumplir su cometido (con creces, eso sí) debido al caracter coral del guión. Tampoco los niños lo hacen nada mal; en ningún caso me resultaron repelentes o reviejos (como suele suceder) sino que parecen entender a la perfección "de qué va el asunto" con Wes Anderson.



Por su carácter paródico y su sano sentido del humor, se me hace muy difícil encontarle fallos a Moonrise Kingdom, el guión es modélico, su ritmo es ágil y visualmente es de 10. Además, es una auténtica gozada ver a tantas estrellas de Hollywood pasándoselo en grande con sus respectivos papeles. Por más tecnicismos que suelte, se trata a fin de cuentas de una historia cercana y sincera para todos los públicos, que funciona a varios niveles de entendimiento y nos deja con una sonrisa en los labios.



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