Ya se puede ver en nuestras pantallas El Juego de Ender (Ender's Game, 2013), dirigida por el oscarizado Gavin Hood y con mister Harrison Ford a la cabeza de un reparto que también incluye al veteranísimo Ben Kingsley, y los niños Abigail Breslin (Zombieland) y Asa Butterfield (La invención de Hugo) en el papel de Ender Wiggins. La película llega rodeada de polémica, debido a las ideas homófobas y ultraderechistas de su creador, el escritor Orson Scott Card. Si bien la productora Summit Entertainment ha preferido desmarcarse de tal polémica, Harrison Ford dejó bien claro que aunque ama la novela y el subtexto de la misma, está en completo desacuerdo con los posicionamientos de Scott Card en materia de gays y lesbianas.
El joven Ender Wigging es reclutado por la Milicia Internacional y preparado desde su niñez para liderar el primer ataque contra los Insectores, una raza alienígena que intentó colonizar la Tierra cincuenta años atrás. En su ascenso militar, será tutorizado por el coronel Graff (Ford) quien ve en él la única esperanza contra el enemigo.
Orson Scott Card nos presenta pues un futuro militarizado, en continua amenaza de guerra donde niños y niñas son concebidos con el único propósito de servir al ejército. Desde el inicio, la película parece (repito, parece) adherirse a la corriente triunfalista de otros blockbusters de ciencia ficción bélica. No comulgué con ese discurso y se me hizo un filme algo antipático desde el inicio. Durante casi una hora y cuarto, no hay ningún personaje que alce la voz contra este sistema de reclutamiento cruel y deshumanizado o contra el "ataque preventivo" hacia los aliens. Ni siquiera la dulce hermana del protagonista (una gran interpretación de Abigail Breslin), que viene a representar el vínculo de Ender con su conciencia y sus emociones. Harrison Ford, aun con todo su talento y magnetismo, también nos coloca en una posición incómoda, al representar la autoridad máxima en esta férrea cadena de mando.
Con El juego de Ender, uno tiene la sensación de que todo va demasiado rápido, por culpa de un guión que seguramente (no leí la novela) condensa in extremis las 368 páginas del libro. La ascensión de Ender en la cadena de mando tiene lugar a velocidad de vértigo, y de forma atropellada. No queda claro cuanto tiempo permanece en la academia, pero atendiendo únicamente al ritmo y al montaje, pareciera que no ha transcurrido más de unas semanas.
Tan solo al final, una vez tiene lugar el clímax narrativo y el giro (algo predecible) más importante del guión, es cuando la película se redime y logramos una cierta identificación con Ender y con el subtexto del filme. Pero para los que no hemos leído la novela, este nuevo discurso pacifista llega quizás demasiado tarde.
Tan solo al final, una vez tiene lugar el clímax narrativo y el giro (algo predecible) más importante del guión, es cuando la película se redime y logramos una cierta identificación con Ender y con el subtexto del filme. Pero para los que no hemos leído la novela, este nuevo discurso pacifista llega quizás demasiado tarde.
A nivel visual se cumplen los estándares de la ciencia ficción actual, y aunque llegué a experimentar cierta claustrofobia (casi toda la película trasncurre en la base militar), todo el apartado técnico y artístico merece mi aplauso, en especial la banda sonora, que a veces se aleja de los compases propios del cine de acción para coquetear tímidamente con la space ópera. Harrison Ford está sensacional; sencillamente no hay quien le iguale en credibilidad, espontaneidad y tablas, ni siquiera el veterano Ben Kingsley, quien sin embargo, y al igual que el resto del elenco, realiza una labor más que notable.
Aun con sus defectos (un guión algo atropellado y la ausencia de una identificación primaria sólida), hemos de resaltar El Juego de Ender como un blockbuster digno, entretenido, que aborda temas interesantes e invita a la reflexión.
Aun con sus defectos (un guión algo atropellado y la ausencia de una identificación primaria sólida), hemos de resaltar El Juego de Ender como un blockbuster digno, entretenido, que aborda temas interesantes e invita a la reflexión.
2 comentarios:
Sobre lo que comentas de que el discurso pacifista llega demasiado tarde, quizá es precisamente lo que pretendía el autor, ya que la segunda parte "La voz de los muertos" tiene un planteamiento completamente diferente a "El juego de Ender". Tengo muchas ganas de ver esta película y compararla con la novela, cuando lo haga te comentaré mis impresiones.
Gracias por tu comentario, amigo... imagino que ahí está el meollo, en esa sorpresa y en ese giro final. Sin embargo, que tardara tanto, causo un leve rechazo por mi parte. No está tan clara la denuncia o la ironía como en otras películas (me viene a la mente Starship Troopers).
Publicar un comentario