Tras el fracaso de la
tercera parte, que obviaba la figura de Michael Myers para
centrarse en una historia algo más ligera y completamente nueva, el productor Mustapha Akkad (único miembro del equipo original )
decidió retomar el personaje que hizo grande la saga, con un guión
de Alan B. McElroy (cuyo trabajo más serio sea quizás Spawn) y sin
el respaldo de Debra Hill ni John Carpenter, co-productores de
las tres primeras. Carpenter ni siquiera volvió para componer
la música, aunque su tema principal es reinterpretado junto a un
nuevo score de Alan Howarth. El director encargado de resucitar a
Myers fue Dwight H. Little, un veterano de la televisión que hoy día
sigue en el negocio y tiene a su cargo varios capítulos de la serie
Bones.
Diez años más tarde de la masacre
perpetrada en el pueblo de Haddonfield (narrada en
Halloween I y II), el cuerpo de Michael Myers, aun vivo pero aparentemente en coma, es
trasladado del Sanatorio Federal Ridgemon al hospital de Smith Grove.
Durante el traslado el paciente despierta provocando la muerte del personal
médico y el conductor. Es libre otra vez, y sus pasos le llevarán
nuevamente a Haddonfield, donde reside su único familiar vivo: Jamie
(la niña Danielle Harris), hija de su hermana Laurie Strode. El Dr.
Sam Loomis (Donald Pleasence) le sigue la pista y tratará de
prevenir a la pequeña y su famila adoptiva.
Desprovista del equipo original de las
tres primeras entregas, esta Halloween 4 hace aguas por todas partes
dónde sus antecesoras únicamente patinaban un poco. El guión
de McElroy deja importantes preguntas sin contestar acerca del
destino de los personajes en la segunda parte. Jamie, la hija de
Laurie, vive con una familia de acogida, pero no sabemos qué
ocurrió con la propia Laurie. Por otro lado, resucitar a Myers quizá
no sea tan grave (ya sabemos que es inmortal), pero hacer lo propio
con Sam Loomis, quien debió morir incinerado al término de
Halloween II es una vacilada importante.
El guión, tanto en su estructura como
en el diálogo, es simple hasta decir basta. Personajes planos y
estereotípicos y actitudes impostadas. Las fatales decisiones que
llevan a los personajes a su propia muerte son ahora más forzadas
que nunca, y los despropósitos se suceden uno tras otro. Por ejemplo; una improvisada patrulla callejera contra Michael compuesta por camioneros borrachos, acaba matando por error a un chaval; los protagonistas se atrincheran en una casa para protegerse, y la vivienda se transforma en una ratonera de donde no pueden escapar; Loomis, que actúa como protector de Jamie, no tiene sin embargo problemas en abandonarla, y casi al final, la conduce hacia la escuela
pública, que tan pronto parece el lugar más seguro del pueblo como
se convierte en un tenebroso laberinto de sombras donde Myers tiene
el control. El caso es que ninguna de estas situaciones sería tan patética si la trama estuviera más trabajada, pero conforme se
desarrolla el argumento sentimos que casi nada tiene sentido.
El cuidado trabajo de Dean Cundey en
las entregas anteriores es sustituido aquí por una impersonal y nada
inquietante fotografía de Peter Lyons Collister que no tiene ningún
reparo en mostrarnos al asesino generosamente, en vez de mantenerlo
en sombras como hacía Cundey.
Halloween 4 quiso ser una reactivación de la franquicia, se nota su afan de resultar moderna y agradar a las nuevas audiencias, y aunque no conserve la seriedad de las dos primeras, algo bueno se puede sacar de ella. Por un lado, se agradece tener de nuevo a Donald Pleasence haciendo de Loomis. Por otro, hay que destacar la profesionalidad de Danielle Harris, que a su tierna edad logró dar forma a un personaje interesante que se perfilaba como un digno sucesor de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis).
Es precisamente Harris quien poco antes de los créditos finales protagoniza la escena que daría continuidad de la franquicia. Esta última escena es una auténtica gozada, por cómo está rodada (tributando a la primera parte) y por la sorpresa y el shock que nos causa. Lástima que el primer brote de genialidad de la historia llegara tan tarde.
La carátula de Halloween 4 me
tuvo atemorizado durante largo tiempo en mis visitas al videoclub y
siempre trataba de alejarme de su diabólica influencia. Ahora sin
embargo se me antoja la más insípida de toda la
saga. Aun me faltan otras cuatro. No
desespero en conocer algún día la causa de la inmortalidad de
Myers.
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